Poniéndole Fin a las Bombas
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Pakistan |
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January 21, 2010 |
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Las explosiones de bombas se pararon durante tres semanas tras la distribución de folletos de El Camino a la Felicidad, publicados en urdu, en las ciudades de Lahore, Islamabad y Rawalpindi en el norte de Pakistán. Estas ciudades se encuentran todas a tres horas en coche de la frontera afgana. Durante varios meses, extremistas del Taliban que se entrenan en Afganistán habían atravesado la frontera, sin cesar para llevar a cabo su campaña de terror al bombardear las áreas públicas de Pakistán, y luego huyendo a sus fortalezas afganas.
Sin embargo, ese fue el momento preciso en que una mujer pakistaní, que vive ahora en EE.UU. decidió que tenía que hacer algo para cambiar la situación. Razia Kahn regresó a esta área con problemas de su país, armada con 10,000 ejemplares de folletos de El Camino a la Felicidad en urdu. “Fue como magia”, dijo la Sra. Kahn. “Las autoridades no creían que nuestro pequeño libro podía cambiar tanto las cosas, pero dentro de unas horas después del inicio de nuestra campaña de El Camino a la Felicidad, los informes sobre la violencia disminuyeron. Las bombas pararon totalmente tan pronto como el último libro se distribuyó”.
Razia dice que sabe que hay directores de escuelas y funcionarios gubernamentales por toda la región del norte de Pakistán que quieren absolutamente que la campaña de El Camino a la Felicidad continúe. Buscan maneras de financiar el proyecto, ya que no tienen la menor duda de que decenas de miles de vidas se han salvado ya con la influencia positiva de esta campaña.